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MÉTODO SISTÉMICO
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El método sistémico de Sapiens se basa en la teoría de sistemas, el campo teórico interdisciplinar dedicado al estudio de los sistemas. Un sistema se puede definir como cualquier conjunto de componentes interrelacionados e interdependientes.
Este campo teórico tiene su origen en la biología, y concretamente en la teoría general de sistemas del biólogo Ludwig von Bertalanffy, que ha tenido una gran influencia en muchas disciplinas científicas más allá de la biología, y que sigue siendo una referencia fundamental en el análisis de todo tipo de sistemas.
Cualquier cosa está dentro del sistema, y los sistemas están compuestos por otros sistemas. En el inicio, el Big Bang dio lugar a los primeros sistemas, que a su vez contienen otros sistemas.
La naturaleza en general también es un sistema dentro del cual hay otros sistemas, como por ejemplo el sistema formado por los seres vivos: microorganismos, hongos,
plantas, animales... La evolución de los seres vivos ha ido generando nuevos subsistemas, algunos muy complejos, como por ejemplo el de los animales.
Cada ser humano, cada cuerpo humano, es también un sistema, compuesto a su vez per varios sistemas: el sistema respiratorio, el sistema linfático, el sistema nervioso... Todos estos sistemas también están conectados entre sí. Incluso una sola célula es un sistema con varios elementos conectados entre sí.
La teoría de sistemas ha ido evolucionando, y la misma base se ha aplicado a lo que hace el ser humano, a los sistemas sociales, y por lo tanto también a la economía y la empresa, sobre todo con las aportaciones de Peter Senge, que ha desarrollado la noción de la organización empresarial como sistema y que ha planteado el pensamiento sistémico, un marco de pensamiento basado en la teoría de sistemas, y el concepto de organizaciones inteligentes, u organizaciones que son sistemas capaces de aprender.
A partir de los conceptos básicos de la teoría de sistemas y el pensamiento sistémico, hemos desarrollado una interpretación propia, en la que incorporamos lo que hemos aprendido a lo largo de nuestra trayectoria, que hemos bautizado como “el pensamiento sistémico de barrio”, y una propuesta de aplicación a un nivel accesible.
La teoría de sistemas es poco conocida por el público en general pero muy conocida en el ámbito de las ciencias sociales, y hay especialistas en teoría de sistemas sobre todo en el ámbito de la empresa, y de las ingenierías, especialmente en informática, pero estos especialistas la aplican a un campo muy concreto y a un nivel muy avanzado. Con Sapiens, proponemos un esquema para aplicarla de manera más transversal y a un nivel más asequible.
Nuestra interpretación del pensamiento sistémico está enfocada aal mundo empresarial, y la dividimos en dos grandes bloques. De un lado, el objeto de estudio se tiene que situar en su contexto, incluyendo la naturaleza, el ser humano y la acción del ser humano, que incluye todo el mundo de la economía y la empresa. Por otra parte, se tiene que aplicar el análisis sistémico al sistema de la empresa.
Hay algunas empresas que tienen una relación más directa con la naturaleza o con el ser humano, por ejemplo las energéticas o las farmacéuticas, y otras empresas que no tienen esta relación directa. Pero todas las empresas dialogan con la naturaleza y deben tener en cuenta la sostenibilidad, y tienen seres humanos que forman parte de su equipo y clientes, y han de tener en cuenta el componente humano.
En primer lugar, tenemos una taxonomía para situar el objeto de estudio en relación con la naturaleza. Por ejemplo, dentro de la Tierra está la atmósfera, la hidrosfera, la geosfera y la biosfera, dentro de la biosfera y de sus subcategorías, está la flora y la fauna, y dentro de la fauna, están el ser humano y los otros animales.
En segundo lugar, una taxonomía para situar el objeto de estudio en relación con el
ser humano. Diferenciamos entre la vertiente física, con el cuerpo y sus sistemas, y la
vertiente psíquica, con la mente, y también destacamos aspectos como las emociones
y el aprendizaje.
En tercer lugar, taxonomías para situar el objeto de estudio en relación con lo que hace el ser humano. El punto de partida son las necesidades humanas. Por ejemplo: reproducirse, respirar, alimentarse, conceptualizar, tener creencias, buscar afecto, obtener dinero...
Las necesidades se satisfacen a través de acciones, que requieren cosas, y que dan lugar a actividades. Para clasificar las actividades, y más concretamente las actividades económicas, utilizamos la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE).
Las actividades también se pueden clasificar según las profesiones. En este caso, se puede tomar como referencia la clasificación de actividades profesionales incluida en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), que es la clasificación que tienen que aplicar todos los profesionales autónomos.
Del mismo modo, las actividades se pueden clasificar por disciplinas académicas. En este caso, nuestra referencia es la Nomenclatura UNESCO (oficialmente: Nomenclatura internacional normalizada para los campos de la ciencia y la tecnología).
Por último, Sapiens también propone una taxonomía propia de ámbitos según el punto de vista de la sociedad, cada uno de los cuales con sus subámbitos.
Por último, los sistemas de la empresa, que contienen varios elementos, algunos de los cuales son sistemas, como por ejemplo el sistema de planificación, organización y funcionamiento o el sistema experiencial, y otros que no son sistemas, como por ejemplo la misión, visión y valores. Todas estas categorías taxonómicas están conectadas y son las que nos guiarán durante todo nuestro estudio, en el que iremos guardando y conectando, con un índice desglosado que nos ayudará y será nuestra guía.
